lunes, 17 de septiembre de 2018

Usar barba es un mandamiento más que el varón debe guardar


El Estatuto de la Barba en la Cultura Hebrea y Santa
Tabernáculo de la Nueva Jerusalén
Táchira - Venezuela

Introducción
El propósito de este escrito profético es dar a entender la importancia del uso de la barba por parte de todo varón santo que desea guardar los estatutos del Eterno para seguir el ejemplo y la cultura de nuestros padres Abraham, Isaac y Jacob Gál 3:7, pues ellos eran varones santos a quienes el Eterno les reveló mandamientos, estatutos, ordenanzas y preceptos para que fueran íntegros y perfectos conforme a su perspectiva de santidad Gén 26:4-5.
            Muchos no creen que deben obedecer un mandamiento, a menos que se les argumente por la Palabra que lo deben hacer Hch 17:11, por lo que mi objetivo como siervo y profeta del Eterno, es argumentarle a usted a la luz de la Sagrada Escritura y fundamentado también en revelaciones de la palabra 2Co 12:1, que dicho mandamiento si se debe obedecer, porque es un estatuto Lev 18:1-5 que el Eterno enseñó a nuestros padres Mat 3:8-10 (si usted no es hijo de Abraham entonces no somos del mismo linaje), porque este estatuto tenía no solo uno, sino varios significados para su cultura, además de ser una imagen visible (exterior) de su santidad.



La barba es un estatuto del Rey Eterno para todos los varones de su pueblo
            Todos los pueblos tienen sus propias costumbres: vestimentas, comidas, fiestas, música, modas, etc., pero aquellos que forman parte del pueblo del Eterno no pueden imitar las costumbres paganas de los pueblos donde ellos habitan, pues el Eterno que es nuestro Señor y Rey, estableció sus propios estatus (costumbres reglamentadas) para todos los que forman parte de su pueblo Lev 18:1-5, y el uso de la barba en el varón es uno de ellos. El Eterno está hoy revelando nuevamente todos sus estatutos para que los guardemos, pues Él va a reinar sobre nosotros, y todos aquellos que actúen con rebeldía para no obedecerlos, serán vomitados o cortados de esta tierra Lev 18:26-30.

Las costumbres del pueblo hebreo y santo son abominables para los paganos
            A nosotros los que antes éramos extranjeros, nos cuesta aceptar y cumplir las costumbres de nuestros padres que eran santos, porque estamos familiarizados con una cultura occidental y pagana, y muchas cosas que se hacen y practican en la cultura pagana de los pueblos en que habitamos nos parecen sublimes y aceptables: vestimentas, comidas, fiestas, música, modas, etc., pero recordemos, que hay cosas que son sublimes para los hombres y para el Eterno son abominables Luc 16:15. Si nosotros realmente somos santos, deberíamos ver todas las cosas con los ojos de nuestro Dios que es santo, es decir, deberíamos verlas de la misma manera que Él las ve. Si para mi es acepto algo que para Él es abominable Isa 5:20-21, entonces no tengo sus ojos y por tanto nunca llegaré a ser santo como Él 1Pe 1:14-16. Si usted es un siervo del Eterno, pídale a Él que le dé unos ojos santos como los de Él Mat 6:22-23, para que así usted pueda discernir entre lo que es puro e impuro, entre lo que es santo y profano; y entre lo que es acepto y no acepto, de acuerdo a su perspectiva Eze 44:23.
            Si a usted que es varón, le parece abominable ver a otro varón con barba, entonces tiene la mente de un extranjero y pagano, y no la mente de un siervo del Eterno Efe 4:22-24. La Escritura nos muestra varios ejemplos de cómo las costumbres que para los hebreos hijos de Abraham, eran sublimes, para los extranjeros eran abominables. Por ejemplo, el oficio de pastor que para nuestros padres era sublime, para los egipcios era una costumbre abominable Gén 46:33-34. Si usted siendo hijo de Abraham ve este oficio como algo abominable, entonces déjame decirle que su manera de pensar se parece más a la de un egipcio, que a la de un hijo de Abraham y siervo del Eterno.
            A los egipcios les parecían abominables las ofrendas y sacrificios que realizaba el pueblo hebreo a nuestro Dios Éxo 8:26, es decir, los egipcios veían con abominación la manera cómo el pueblo hebreo honraba a su Dios. Si a usted le parece desagradable ver a un varón que está usando barba para honrar a su Dios, entonces déjame decirle que usted se parece mucho a aquellos egipcios.

El significado de la barba en la lengua santa y hebrea
            La palabra “barba” aparece en las sagradas escrituras entre otros textos en los siguientes: Lev 19:27, 2Sa 10:5, Sal 133:2.  En la escritura original hebrea a la barba se le llama “zakán” y se escribe así (זקן). Pero esta palabra hebrea se deriva de otra llamada “zakén” que se escribe de la misma manera (זקן) y tiene los siguientes significados: anciano Gén 24:1, envejecer Gén 27:1, viejo Gén 27:2. El Eterno cuando diseñó al varón, programó los tejidos de su rostro para que le creciera cabello o barba a partir de cierta edad, como señal de que ya estaba madurando y envejeciendo. En la cultura hebrea aquel varón que no se deja la barba, es como aquel que no se quiere ver como una persona ya madura, sino como un niño. De tal manera que aquel que se avergüenza de su barba es como aquel que se avergüenza de su madurez y vejez.
            En la cultura santa que el Eterno enseñó a nuestros padres, la barba es para el varón un símbolo de madurez y por tanto de sabiduría y honra, porque a mayor edad, se debería tener mayor sabiduría (ocurre así en la cultura hebrea), y al que tiene mayor sabiduría se le debe dar mayor honra Pro 16:31, Lev 19:32, Job 32:6-7, 1Ti 5:17. El cabello que produce la barba es el primero que se blanquea con los años, de manera que el anciano se caracteriza por su barba blanca y éste en la cultura de nuestros padres era honrado por sus canas Lev 19:32, porque ellas son señal de sabiduría para enseñar y aconsejar Job 12:20, 1Re 12:13. Mientras en la cultura pagana y occidental actual, los hombres y las mujeres se avergüenzan de sus canas y por eso las pintan con tintes de colores para ocultarlas, en la cultura santa de nuestros padres, las canas eran y siguen siendo motivo de honra Lev 19:32.

Jesucristo el Hijo de Dios, no murió en la cruz para que el varón santo dejara de usar barba
            Hoy muchos maestros y creyentes cometen el error de darle atribuciones que no corresponden al sacrificio que hizo Jesucristo (Yeshúa hamashíaj en hebreo) en la cruz. Su sacrificio tuvo como propósito el que nosotros que éramos extranjeros e incircuncisos, pudiésemos formar parte de su pueblo santo, mediante un perdón que no merecíamos (esto es gracia) Col 2:13-14,  pero para que el Padre nos reciba como a hijos, es necesario que demostremos que le amamos guardando todos sus mandamientos Jua 14:21-23. ¿Cuáles son sus mandamientos?, estos están en su palabra, y su palabra no comienza desde el libro de Mateo, sino desde el libro de Génesis 2Ti 3:16-17. Por tanto, uno de tantos mandamientos que están escritos en su palabra, es el estatuto de la barba, y el Padre envió a su Hijo para darnos ejemplo de obediencia 1Jn 2:6, porque él mismo guardó estos mandamientos.

La barba si tiene que ver con la santidad del varón
            El Eterno en el libro de Levíticos capítulo 19 da mandamientos, estatutos y ordenanzas a Moisés para que los enseñara a su pueblo Lev 19:1, y la obediencia a esos preceptos era importante, porque los hacía más santos Lev 19:2. En ese capítulo, el Eterno les habló de la importancia del temor Lev 19:3, de las ofrendas Lev 19:5-8, de la ayuda al pobre y extranjero Lev 19:9-10, entre otras cosas. Más adelante en Lev 19:27-28, el Eterno enseña a los varones el estatuto de la barba, donde prohibió que estos se cortaran la punta de la barba para expresar el luto como muestra de dolor por la pérdida de algún familiar, ya que los varones de los pueblos paganos, para expresar su dolor acostumbraban raparse toda o parte de la barba.
            En el Capítulo 21, el Eterno da palabra específica a los sacerdotes, y les habló sobre la barba de una manera similar, como le habló a todos los varones de Israel en el Capítulo 19. En Lev 21:1-4 les ordena que no se contaminen por causa de cualquier muerto y en el texto Lev 21:5, les ordena que no se corten la barba por causa de muerto, siguiendo la costumbre de los pueblos paganos. En Lev 21:6 confirma que estos estatutos están relacionados con la santidad, pues les dice: “Santos serán a su Dios, y no profanarán el nombre de su Dios, porque las ofrendas encendidas para Jehová y el pan de su Dios ofrecen;  por tanto,  serán santos”. De manera que el estatuto de la barba no solo era para los sacerdotes, sino también para todo el pueblo hebreo o Israelita en general, y esta costumbre estaba relacionada con la santidad, y aun hoy lo está, porque el sacrificio de Jesucristo (Yeshúa hamashíaj) no abolió la santidad Mat 5:17, más bien esta se debe seguir cumpliendo por los santos del reino Mat 5:18-19, Heb 12:14, Apo 22:11.
            Es bueno aclarar aquí, que por el hecho que un impío incircunciso use barba, eso no le convierte en un santo, como tampoco le hace santo al impío por el hecho de ir a una iglesia evangélica con una biblia bajo el brazo. La santidad es el resultado de la obediencia de muchos preceptos y la barba es solo uno de ellos.

Todos nuestros padres usaban barba
            Si el Eterno le permitiera a nuestro padre Abraham venir en este tiempo para visitar a sus hijos, y entrara a las congregaciones evangélicas donde se reúnen los cristianos para buscar a sus hijos allí (supuestos hijos de Abraham), al observar detalladamente diría: no veo hijos míos en este lugar, pues mis hijos deben ser como soy yo (y mis hijas como Sara), ellos deben usar su barba como yo les enseñé, pues el Eterno me lo enseñó en sus estatutos y preceptos Gen 26:4-5 y también se los enseñó a través de mi hijo Moisés. La sagrada escritura de manera explícita cita a algunos de nuestros padres que usaban barba, entre ellos tenemos a: el rey David 1Sa 21:13, los siervos del rey David 2Sa 10:4, Mefi-boset hijo de Saúl 2Sa 19:24, el sacerdote Esdras Esd 9:3, el sacerdote Aarón Sal 133:2 y el profeta Ezequiel Eze 5:1. Todos estos textos aparecen allí como un testimonio de que ellos eran varones santos, que guardaban este estatuto del Eterno.

El varón que no usa barba anda en vergüenza
            Tal vez para la cultura pagana que usted practica hoy, el no tener barba no significa nada, o tal vez sea solo cuestión de estética, pero para la cultura santa de nuestros padres, el tener la barba rapada es símbolo de vergüenza. La mejor enseñanza sobre este punto la encontramos en 2Sa 10:1-5. Donde señala que David envió a unos siervos suyos para consolar al rey de Amón por la muerte de su padre 2Sa 10:2, pero éste en vez de recibirlos de manera amistosa, les rapó la mitad de la barba y cortó también la mitad de sus vestiduras, exhibiendo una de sus nalgas 2Sa 10:4. Este hecho resultó de gran vergüenza para aquellos siervos de David, pero lo que causaba mayor vergüenza no era el tener las vestiduras rotas exhibiendo las nalgas, pues esto se podía resolver vistiéndose con otras vestiduras. Lo que les causaba mayor vergüenza a aquellos varones era el tener la barba rapada, y por eso fue que el rey  David les ordenó que se quedarán apartados en Jericó mientras les crecía la barba 2Sa 10:5, pues a estos les daba vergüenza que el rey, sus familiares, y compañeros los vieran con la barba rapada. Si usted tiene la barba rapada y no siente lo mismo que sentían estos varones Israelitas, déjame decirle que usted no tiene la mente de un Israelita santo, sino la de un pagano.
            Para el Eterno y para la cultura de nuestros padres, el varón que está sin barba, es como aquel que está desnudo 2Sa 10:4, es decir, como aquel que está en pecado Apo 3:17-29. Si usted es un santo que está procurando andar en obediencia, no merece andar en desnudez y vergüenza Apo 16:15. La barba es como un velo natural que el Eterno puso en el rostro del varón, y si usted se quita ese velo, entonces se verá su desnudez.
En el pasado, los varones extranjeros de las naciones paganas se rapaban la barba para expresar dolor por la muerte de algún familiar Isa 15:2-3, Jer 41:4-5, pero el Eterno no permitió a sus santos rapar su barba porque esto afectaba su santidad. Al Eterno no le agrada que sus santos anden en vergüenza, porque solo merece andar en vergüenza aquel que anda en pecado Apo 16:15.

Los santos no se oponen a la naturaleza de su creación
            El Eterno cuando creó al hombre y a la mujer los dotó de ciertos atributos que los diferencian. El cuerpo del hombre se diferencia del de la mujer, el rostro del hombre también se distingue muy bien del de la mujer, al varón le sale barba y a la mujer no. No está bien que un hombre desee tener el cuerpo como el de una mujer, o tener el rostro como el de una mujer. Eso va en contra de su naturaleza.
            Pablo enseñando un tema similar a este, explicó que la naturaleza nos enseña que es honroso para la mujer dejar crecer su cabello, y por eso defendemos el hecho de que una mujer se ve más hermosa con su cabello largo 1Co 11:15, pero también es muy cierto que no es motivo de honra para un varón dejar crecer su cabello 1Co 11:14, pues eso es propio de una mujer.
            Vale la pena mencionar otro aspecto relacionado con la naturaleza humana. Es natural que al hombre y a la mujer le salgan canas por su vejez y es contra la naturaleza pintar los cabellos para ocultar las canas, eso es oponerse al diseño del Creador. El que se avergüenza de sus canas se está avergonzando de la obra de su Creador y rebelándose al diseño Isa 45:9. Hay quienes cuando envejecen rellenan sus arrugas con substancias químicas que tarde o temprano le producirán un daño en su cuerpo, porque son substancias ajenas a los tejidos del cuerpo. Aquel que se avergüenza de sus arrugas se está avergonzando también de la obra del Creador Isa 45:9.
            Hay mujeres que llegan al extremo de avergonzarse de cómo el creador hizo sus cuerpos, que se mandan a colocar implantes en sus senos y glúteos para que se le vean más grandes.

La barba es para el varón como un velo en su rostro
            En la cultura de nuestros padres, la mujer usaba velo por varias razones que no explicaré aquí Gén 24:65, Gén 38:19, Cnt 6:7. El apóstol Pablo en relación al velo en la mujer argumenta que ella lo debe usar como señal de autoridad 1Co 11:10. Lo cierto es que la mujer cristiana que no quiera ser como Sara, difícilmente podrá ser tomada como una de sus hijas y de su linaje 1Pe 3:6. Así como la mujer debe usar velo, el varón también debe usar en su rostro un velo natural que es la barba. El varón que se rapa la barba y critica a una mujer porque no usa el velo, es como el hipócrita que ve la paja en el ojo de su hermano, pero tiene una viga en su propio ojo Mat 7:3-5. El Eterno dotó al varón de una barba para que se cubra con ella, de la manera que la mujer se cubre con su velo, y aquel varón que rapa su barba, anda desnudo y en vergüenza como aquel que tiene las nalgas descubiertas 2Sa 10:4. ¿Es judaizar hablar de santidad y de restaurar la cultura santa de nuestros padres?

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