miércoles, 24 de julio de 2013

La Justicia, la pureza y la Santidad no han perdido vigencia en el Reino del Eterno

Nuestro amado Señor y Salvador en parte cierra el texto de las sagradas escrituras con estas palabras: “El que es injusto, haga injusticia todavía. El que es impuro, sea impuro todavía. El que es justo, haga justicia todavía, y el que es santo, santifíquese todavía. He aquí vengo pronto, y mi recompensa co...nmigo, para pagar a cada uno según sean sus obras” Apocalipsis 22:11-12. ¿Qué está demandando Jesucristo de nosotros en sus palabras?, está demandando tres cosas distintas pero relacionadas con el carácter del Padre y su Reino: justicia, pureza y santidad. Estas cosas el Padre las enseña en sus leyes y se alcanzan con obras, con actuaciones, con conductas o actitudes, con costumbres (las del reino), con un estilo de vida diferente. Estas fueron las enseñanzas de Moisés y de los profetas. ¿Son necesarias estas obras para ser salvos? No, pero el que ha sido justificado, purificado y santificado a través de Jesucristo 1 Corintios 6:11 y de la obra del Espíritu Santo Romanos 15:16 tiene hábitos, costumbres y un estilo de vida diferente, es decir, vive, come, habla, viste y anda como un hombre justo y santo Romanos 6:7, 13, 19, 2 Corintios 5:16-17 o al menos procura lograrlo; hace el esfuerzo porque lo ve como una meta que su Padre le exige alcanzar Hebreos 12:14, porque el Padre Eterno quiere su pueblo sea perfecto ¿no es así? Génesis 17:1, Mateo 5:48.

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