viernes, 21 de junio de 2013

Para que entiendas como opera la justificación en el Nuevo Pacto, debes entender bien como operaba en el Antiguo Pacto

Para que entiendas como opera la justificación en el Nuevo Pacto, debes entender bien como operaba en el Antiguo Pacto puesto que algunas cosas no han cambiado

La justificación en el Antiguo Pacto
En el antiguo pacto, cuando una persona se hacía transgresor de las leyes del Eterno (acusado o pecador), tenía que presentarse en el tribunal Deuteronomio 25:1,  ante el juez para resolver todo pleito con terceros Éxodo 22:9. El juez le declaraba sentencia o castigo por los daños ocasionados al acusador o afectado y determinaba lo que tenía que restituirle en caso de ser necesario Deuteronomio 17:8-13, Números 5:6-8. Pero luego el acusado tenía que presentarse ante el sacerdote con un animal puro, de los establecidos por el Eterno para que el sacerdote ofreciera una ofrenda de sacrificio para la expiación de su pecado y de esa manera fuera justificado o perdonado Levíticos 5:5-9. El sacerdote también enseñaba la ley al acusado, ya que muchos que eran llevados a los tribunales quebrantaban las leyes por falta de conocimiento de ésta 2 Crónicas 19:10.
La persona que era juzgada por un pecado determinado, estaba en la obligación de dejar de pecar en relación al pecado ya juzgado, pues de continuar haciéndolo, el castigo sería mayor y el juez podría determinar una sentencia más severa como el destierro por menosprecio a las leyes del Eterno. Las leyes del Señor no permitían realizar sacrificios para la expiación y justificación de las personas que cometieran pecados y que fueron previamente juzgados y advertidos previamente por el juez y el sacerdote por estos mismos pecados (por ejemplo una persona que fue juzgada por robo y vuelve a ser juzgado nuevamente por haber cometido robo), pues esto constituía un menosprecio al Rey y Juez Eterno de la nación Números 15:27-36.
Todo juicio en el antiguo pacto comprendía: acusación, sentencia o castigo, retribución, enseñanza, ofrenda por la expiación y perdón (justificación). 
Las personas que participaban en el proceso eran: el acusado, el acusador o afectado si había daños a terceros, el juez y el sacerdote. Algunos casos tenían que ser juzgados obligatoriamente con la presencia de testigos Deuteronomio 17:6.
En el Antiguo pacto la justificación se alcanzaba con cumplir lo que establecía la ley, es decir, la persona era justificada por la ley. La persona que quebrantaba la ley por ignorancia, estaba obligado a cumplirla (obras de justifica) después de ser exhortado por el sacerdote y/o juez.

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